domingo, 20 de septiembre de 2015

Exploración de un problema propio de la disciplina


El Escepticismo se encuentra en la antigüedad. Su fundador es Pirrón de Elis. Según él, a la conciencia cognoscente le es imposible aprehender su objeto. 

No hay conocimiento. Esto significa una negación de las leyes del pensamiento.[1]

                  El Escepticismo absoluto o generales, una posición íntimamente imposible.[2] 


Esto afirma que el escéptico podría formular un juicio: el conocimiento es imposible, pero al mismo tiempo estaría afirmando un conocimiento. El escéptico pone en duda su propia teoría, por ende, ya que caería en una contradicción. La persona no puede llevar a cabo un acto de pensamiento, si lo hace supone la probabilidad de un conocimiento y se enreda en esta contradicción el mismo. De ahí la famosa frase “Yo solo sé, que no sé nada”.

Después de las contradicciones presentadas en el Escepticismo, no se le niega importancia para la evolución espiritual del individuo. En cierto modo, es un filtro purificador del espíritu, nos limpia de prejuicios y errores. Hace que el razonamiento humano sea mayor ya que no podemos quedarnos con una sola posibilidad, el Escepticismo es un gran ejemplo de que existen muchas soluciones dadas a los problemas y en todo caso se duda de las dadas.



[1] J.Hessen. Teoría del conocimiento. Pág. 37
[2] J. Hessen. Teoría del conocimiento. Pág. 39

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